Ensenada- Julio 2021- La trata de personas, niñas, niños y adolescentes es uno de los crímenes que más duele y lacera y tal vez uno de los más practicados desde siempre. Una vergüenza , una estigma que acompaña el devenir de la humanidad y que cobro fuerza con la aparición de la esclavitud, desde antes de la época de los romanos.
Inclusive existe como parte de la cultura de algunos pueblos originarios, en donde se compran esposas -aún niñas o adolescentes- al amparo de los llamados usos y costumbres, lo que para ellos no es un delito.
Pero la trata de personas es un ilícito que se da a nivel mundial y viene acompañado de otros, como la violación a los derechos humanos, la impunidad y la injusticia, situaciones que se han dado con mayor recurrencia conforme una administración federal sucede a otra.
Pero también la trata se registra en los principales centros turísticos del mundo, en las grandes ciudades y cualquier comunidad y hasta en las casas hogar donde muchos niños y niñas llegan como víctimas y en ocasiones –que se ha dado- llegan a ser víctimas de los mismos directivos o de empleados de los mismos orfanatorios.
En muchos países, como el nuestro, la trata de personas es mal atendido, minimizado quedando las victimas a la espera de justicia y cuando no, se les victimiza y revictimiza sin proporcionarles el apoyo psicológico necesario.
Desde el año 2014 la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemora cada 30 de julio el Día Mundial contra la Trata de Personas, delito que afecta a niñas, niños, adolescentes mujeres y hombres.
Esto tiene el objetivo de tratar de concientizar a la comunidad y a las autoridades de este crimen atroz y que debe ser atendido en forma diligente y eficazmente por las autoridades correspondientes.