La Cornada
Por: El Cimarrón
Juzga el dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ABRAHAM CORREA ACEVEDO, que el mayor peso con el que carga el virtual candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a gobernador, OSCAR VEGA MARÍN, es apellidarse VEGA, por aquello del cuestionado actuar de “Kiko” VEGA como gobernador de Baja California y, por tanto, la recomendación que el perredista hace al panista VEGA MARÍN, es que acuda al Registro Civil a tramitar su cambio de apellido.
Como ocurrencia, la de ABRAHAM pudiera ser una observación hasta ingeniosa, si no fuera porque él y su partido respaldaron al actual gobernador, mediante una alianza con el PAN en la campaña en la que contendió FRANCISCO ARTURO VEGA DE LAMADRID cuando ganó la elección a FERNANDO CASTRO TRENTI, pero eso parece que ya se le olvidó al buen ABRAHAM.
Es de entenderse el comentario de ABRAHAM CORREA, si se toma en cuenta que en el reparto del “pastel”, como gobierno, “Kiko” VEGA dejó solo el “turrún” y las migajas a los perredistas, entre ellos él mismo, que no le tocó nada en el gobierno, aunque no se puede quejar, pues al menos volvió a ser diputado.
Si bien no le falta razón en sus lamentos, CORREA debería reconocer que esas alianzas que se interpretan como perversas y mal habidas, si se toman en cuenta las plataformas ideológicas diametralmente opuestas entre el PRD y el PAN (izquierda y derecha), ya ni llorar es bueno, porque permitió que en el PAN los usaran como trapeador.
Más aún, a pesar de ese desprecio del que fueron objeto por el gobernador y el PAN, ABRAHAM ni chistó cuando se formó la coalición de su partido con el PAN y Movimiento Ciudadano para impulsar el fallido proyecto de RICARDO ANAYA CORTEZ, aunque en este caso fue una decisión de oficinas centrales de cada partido, pero al fin alianza.
Era para que en ese mometo, al menos en Baja California se deslindara de ella, pero no, se fueron con la finta y hasta se sumaron a las campañas de lodazal contra MORENA y ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y de paso se llevaron entre las patas a uno que otro “estratega” de comunicación que utilizaron para echar tierra también a los candidatos de MORENA en Baja California y ya ven cómo les fue.
Ahora, como el PAN ya no les siguió la “cura” de irse en alianza con ellos, las descalificaciones no se han hecho esperar y es cuando los panistas cuestionan, en voz baja: “qué culpa tiene VEGA MARÍN” de que no resultaran los planes de esas alianzas? sobre todo al PRD, pues el PAN, como quiera que sea sigue gobernando en Baja California.
Lo que sigue es de adivinarse: en la campaña que está en ciernes, el discurso de quienes sean candidatos del PRD será de descalificaciones, tanto al PAN como a MORENA, aunque del PRI seguramente ni se ocuparán, al considerar que “está en la lona”, aunque no tanto, pues ya se vio en su elección interna que los priístas sacaron la casta y salieron a votar en miles para elegir a ENRIQUE ACOSTA FREGOSO como su candidato a gobernador y a ALFREDO MACCISE SAADE como candidato a presidente municipal de Ensenada.
Debe también consignarse que a ABRAHAM CORREA le salió lo guerrillero que trae dentro, pues también cuestiona el actuar “maraquero” (así lo dice) de algunos militantes de izquierda que ahora están en las filas de MORENA, a quienes, según él, les han hecho al feo en las filas de ese partido y prevé que no tardarán an abandonar esa causa.
En este caso, lo que también parece olvidar el dirigente del PRD, es que los personajes a los que se refiere, efectivamente son eternos militantes de izquierda que precisamente abandonaron las filas de su partido cuando sus directivos nacionales y él mismo, cayeron en brazos de CARLOS SALINAS DE GORTARI para traicionar a LÓPEZ OBRADOR y obligarlo a que se saliera del PRD para dar forma a MORENA y ya ven cómo les fue. Salió LÓPEZ OBRADOR, formó su partido y con él se fueron también todos esos izquierdistas que, efectivamente, quienes controlan a MORENA en Baja California ahora los traen como “maraqueros”.
Así es de ingrata la política, por eso es mejora andar con pezuñas de plomo para no caer al desfiladero o de perdida buscar la caricia de alguna cuadrúpeda dispuesta a consolar los lamentos de este intrépido animal.(EC).