Crisis financiera anunciada
La situación financiera, desastrosa, del Ayuntamiento hizo crisis… era algo que se veía venir. Las autoridades municipales la desdeñaron, la pasaban de una administración a la siguiente restándole la debida importancia hasta que tronó, no soportó más, entró en agonía y le tocó al alcalde en turno lidiar con ella y tratar de revertirla.
A Novelo le está costando mucho trabajo impedir que se llegue a la paralización de las actividades -esas acciones que le dan al municipio su razón de ser- como consecuencia de una huelga promovida por los empleados, sobre quienes sin deberla ni temerla, pesa la irresponsabilidad e indiferencia de sus antecesores.
Las deudas se vinieron acumulando desde la gestión del mal recordado Jorge Catalán Sosa hasta llegar a sumar actualmente más de dos mil 500 millones de pesos, y lo peor es que no se ve una solución a corto ni a mediano plazo.
Esto ha afectado no sólo a diversos proveedores sino a los mismos empleados de base, quienes están pagando esa actitud imprudente de unos e indolente de otros, que se agravó con el préstamo que solicitó Pablo Alejo López Núñez para la construcción del edifico “nuevo”.
La falta de recursos del ayuntamiento lo obliga a operar con los dineros de los trabajadores, violando con ello las condiciones generales de trabajo. El problema no es menor, se habla de entre 30 y 60 millones de pesos lo que “tomó prestado” el municipio a los trabajadores.
El estallamiento de la huelga que debió haber iniciado el 31 de agosto, se pospuso luego que ante la autoridad laboral el alcalde y su equipo de trabajo se comprometió a liquidarles en menos de 15 días, tiempo en el que espera conseguir un préstamo con alguna entidad financiera.
Por la misma insuficiencia de recursos esta y las anteriores administraciones han omitido los pagos a Issstecali hasta sumar mil 600 millones de pesos perjudicando con ello a aquellos empleados que han cumplido en tiempo y forma para jubilarse.
Entre otras cosas han omitido también el pago a que tienen derecho las viudas y las familias de algunos empleados que han fallecido.
En ese estado de cosas los trabajadores sufren y padecen esa actitud cómplice, omisa y sumisa de los anteriores dirigentes sindicales.
Una similitud de Novelo y los representantes sindicales actuales es que ambos sufren las consecuencias indolentes de quienes les antecedieron.