Mexico, 15 de Marzo del 2018 (DESDE EL FONDO).- Juan Manuel Estrada Juárez, presidente de la Fundación FIND abordó el tema del fenómeno social que vive México en estos momentos y los definió como una época en que la sociedad demanda acciones inmediatas y efectivas que den respuesta a sus reclamos de justicia y respeto pleno a la dignidad de las personas.
Los sucesos de violencia son momentos y situaciones en los que nadie puede resignarse ni mantenerse indiferente, dijo y agregó que hoy nuestra sociedad demanda conocer la verdad y la aplicación de la justicia.
Consideró el jaliciense que el pueblo de México merece una reconciliación que haga valer los derechos de las víctimas a la verdad, a la justicia, a la reparación y a que no se repitan las situaciones que tanto las han afectado, dijo al ser entrevistado sobre esa posibilidad que busca de traer la sede del Premio Nacional de los Derechos Humanos en un un par de años.
En una entrega anterior el activista de los derechos humanos explicó el significado de esta Cumbre y el beneficio que origina a los países sede y en ese marco habló de la violencia en nuestro país y todo aquello que la rodea así como de la situación política que se vive actualmente.
“Todos sabemos que urge una profunda transición nacional al respecto, debemos escuchar más que nunca las voces de la sociedad, de los pueblos indígenas y las víctimas, los movimientos sociales y los organismos civiles. Para esta transición, la agenda de Derechos Humanos es referencia fundamental y articuladora de nuestras opciones soberanas”.
Juan Manuel Estrada dice que vulnerar los derechos humanos en México tiene su lado más visible en la inseguridad. Con la violencia e impunidad, compañeros inseparables, violan los derechos humanos fundamentales de los mexicanos: la vida, el patrimonio y la integridad física y moral.
Sin embargo subrayó que la pobreza y la desigualdad son también expresiones de violencia estructural y de violaciones a los derechos humanos.
De la violencia y violaciones y demás actos delincuenciales que se registran en nuestro país advirtió que son inaceptables y no son rasgo del México que queremos. Dijo que es imprescindible enfrentarlas con otro concepto y estrategia de seguridad que no se basen en la guerra ni en el uso de las fuerzas armadas, sino en una visión integral vinculada a la Paz y los Derechos Humanos.
Recordó que ya son 10 años que se ha utilizado la misma estrategia: concentración de mandos y fuerzas para confrontar el poder de los criminales más organizados. Se piensa que más fuerza es igual a más seguridad, pero la realidad demuestra lo contrario; más fuerza termina generando más muertes, ciudadanos inhibidos y atemorizados, dispersos y desencantados por la ineficiencia de las autoridades encargadas de protegerlos.
Sin embargo, todavía más allá, como Nación nos urge generar condiciones pacíficas a la tensión polarizada y la conflictividad política y social que ahora crecen, apuntó.
Recordó Estrada Juárez que la paz requiere de la seguridad pero no se agota ni es sinónimo de ella, pues la paz obedece a un concepto y paradigma que la construye inseparable y basada en la justicia, la democracia y los derechos humanos. México requiere no solamente un nuevo esquema de seguridad, sino un prioritario y profundo enfoque de paz, que conllevará los avances en otros campos que propiciarán a su vez la seguridad misma.
La paz requiere impulsar el diálogo, a pesar de desconfianzas y abismos. Para lograrlo, señaló, es necesario que las mediaciones, individuales o colectivas-, sirven para fortalecer la voluntad de solución mediante la interlocución. Este es el camino que también podemos recorrer hacia un nuevo paradigma de paz con y seguridad.
Entre diversos movimientos que han surgido, las víctimas y sus familiares destacan como actor central y eje de resistencia y exigencia. Pasando del dolor individual y familiar, hacia el colectivo de búsqueda de vida y justicia, y del caso individual hacia un nosotros de carácter estructural y nacional, han logrado que los derechos humanos sean hoy la plataforma básica del acontecer nacional.
Con base en su legitimidad y empuje, las víctimas ya han logrado algunos instrumentos, tales como la Ley 5 de Junio para los derechos de la infancia, la Ley de Víctimas, y recientemente la Ley General contra las Desapariciones Forzadas y por particulares
BENEFICIOS EN EL ASPECTO POLÍTICO
¿Quién ganará la elección de 2018?, se pregunta y se contesta, “la conclusión que puede obtenerse de ella es que: no sabemos quién ganará esos comicios, Los resultados de las elecciones del pasado 4 junio en el Estado de México y Coahuila anticiparon que la renovación de la Presidencia de la República en 2018 será muy reñida”.
Juan Manuel Estrada indicó que con el nuevo siglo, llegó la alternancia al Gobierno Federal, Vicente Fox, candidato de la coalición PAN-PVEM, triunfó en los comicios de 2000 con casi 16 millones de votos, que representaron el 42.52%; mientras que el priista Francisco Labastida obtuvo 13 millones 579 mil 718 sufragios; el 36.11%; la diferencia fue de 6.41%.
Es evidente, analizó, que entre el 94 y el año 2000 se redujo considerablemente el margen de votos entre el candidato ganador y el segundo lugar y para 2006 esa diferencia de votos se hizo más estrecha, Felipe Calderón, recibió 15 millones 284 votos; por su parte, el entonces perredista, Andrés Manuel López Obrador, llegó a los 14 millones 756 mil 350. Así que por 58 décimas Calderón derrotó a López Obrador. Ese año el PRI quedó rezagado en la tercera posición con más de 9 millones de votos.
En 2012, el PRI regresó a Los Pinos de la mano de Enrique Peña Nieto, quien tuvo más de 19 millones de votos, equivalentes al 38.21%; en su segundo intento presidencial, Andrés Manuel recibió casi 16 millones de votos; es decir el 31.59%. La diferencia entre López Obrador y Peña Nieto fue de 6.62%
Si la tendencia de las últimas elecciones federales y estatales es que los ganadores son los candidatos que van en alianza, la situación podría repetirse en 2018, por lo que PAN y PRD ya construyen un Frente Amplio Opositor con el que pretenden evitar el triunfo del PRI y cerrarle el paso a López Obrador
Todavía falta ver el papel que jugarán los candidatos independientes, lo que indica que el voto se fragmentará aún más.
En cuanto a la participación ciudadana, el laboratorio de análisis Strategia Electoral prevé que será por encima del 60%, aproximadamente 51.5 millones de electores.
El tema de la RECONCILIACIÓN NACIONAL después de las elecciones presidenciales del 2018 no ha sido manejado por ningún partido político o por algún posible candidato a la Presidencia de la República.
Solamente desde San Ignacio, Sinaloa, el presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, propuso elaborar un acuerdo de paz para detener la “guerra” y la violencia en México, en el que participe la sociedad “para iniciar un nuevo gobierno de paz” en el 2018, puso como ejemplo a El Salvador, cuyo gobierno firmó, el 16 de enero de 1992, los Acuerdos de Paz de Chapultepec, con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en el Castillo de Chapultepec, en la Ciudad de México, para terminar con la guerra civil después de 12 año
También señalo que no solo se trata de firmar un papel sino de un acuerdo de paz, de llegar a un entendimiento entre todos los mexicanos porque hay muchos agravios.
En este sentido corresponde a los Gobernantes en el poder proponer sea quien sea el próximo Presidente de México poner las bases para una reconciliación Nacional,
Con la cumbre de Premios de Nobel de la Paz como el eje de la reconciliación de México, en ese sentido se estaría transmitiendo un mensaje diferente junto con la sociedad civil organizada y los empresarios, fundado en la convivencia basada en la justicia, en la verdad y en la creación de una verdadera cultura del encuentro fraterno”, aunado a que el candidato de su partido tiene otra connotación política diferente , lo que indudablemente cambiaría la percepción política del electorado.